El MVP es la versión mínima de un nuevo producto, e incluye las características básicas para satisfacer las necesidades de los clientes. Permite a una empresa o equipo recolectar la mayor cantidad de
información validada gracias a sus "early adopters", para así mejorar el producto lo antes posible, con el fin de lanzarlo a un público más amplio.
Poner el foco en el desarrollo de un Mínimo Producto Viable a diferencia de hacerlo sobre un Producto Terminado, es clave para que una empresa reduzca el riesgo.
Este mismo enfoque se puede aplicar al desarrollo de productos/proyectos/servicios dentro del área de rrhh. Habitualmente trabajamos con un esquema tradicional: diseño de producto terminado y con un alcance global, es decir, para toda la organización.
Sin embargo, esto supone mucho tiempo, dedicación y coste, sobre todo cuando tras el lanzamiento (en ocasiones después de meses de trabajo), el proyecto presentado NO satisface las necesidades de nuestras Personas.
¿Para qué sirve diseñar un Mínimo Producto Viable?
El propósito principal es realizar un experimento para validar si los usuarios quieren la solución que les ofreces. No importa cuán bueno y útil sea el MVP si no soluciona las necesidades de las personas a quienes va dirigido
Cómo hacer un Producto mínimo viable en 3 pasos:
1. Identificación de usuarios clave
Cuando vas a iniciar el desarrollo de un producto/proyecto/servicio tendrás que tener en cuenta quienes serán los usuarios y cuáles son las necesidades específicas de cada uno.
Habitualmente ponemos el foco en los trabajadores pero habrá que tener en cuenta a todos los stakeholders (managers, propiedad, finanzas, etc…) que puedan estar implicados.
Una vez identificados los usuarios, realiza una lista con las necesidades que hayas recogido (a través de encuestas de clima, formularios de satisfacción, canales de comunicación, entrevistas, etc...). Te aconsejo redactarlas siguiendo este esquema: YO (empleado/ manager...) QUIERO (la necesidad que has identificado) PARA (el objetivo que pretende conseguir una vez solucionada la necesidad)
2. Define claramente las características que vas a incluir en tu MVP
Para la definición del MVP hemos de tener en cuenta algunas consideraciones fundamentales: necesidad vs deseos
Tendrás que responder a esta pregunta ¿Las personas desean esta función para resolver su problema o la necesitan realmente para dar solución a su problema?. Mientras que los deseos son esas características que van a convencer a las personas para que prueben lo que ofreces, las necesidades son las características imprescindibles del servicio o producto. Si no tienes la seguridad de que algo vaya a usarse o con qué frecuencia, se trata de un deseo.
También es clave limitar el alcance. Identifica un equipo, perfil o departamento que serán en primera instancia los usuarios del producto (early adopters)
3. Construye, mide y aprende
Pon el foco en la creación de tu producto, identifica indicadores de satisfacción y cuanto antes testéalo con los “early adopters”.
En esta etapa de análisis es cuando se hacen los ajustes necesarios. En función del feedback que recibas, si el producto cumple con las hipótesis que te planteaste y por tanto genera satisfacción, continúa el desarrollo. Si no es así, modifica lo que no está aportando valor, plantea nuevas hipótesis y vuelve a comprobarlas.
El diseño de proyectos con un enfoque ágil, es de gran utilidad al área de RRHH pues posibilita ofrecer servicios con foco absoluto en las personas, en menos tiempo, con un elevado control del riesgo y creando mayor satisfacción.
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